Receta de sardinas fritas marinadas
Las sardinas llevan el nombre de la isla de Cerdeña (Sardegna en italiano) donde antes se encontraban en abundancia.
Es una especie de pequeño tamaño que apenas alcanza los 20cm de longitud, por lo que es perfecto para consumir habitualmente, tanto por la versatilidad en el racionamiento como por ser uno de los pescados que menos metales tóxicos acumulan en su organismo debido a su pequeño tamaño.
Se encuentra en el Mar Mediterráneo y durante todo el año también en nuestra pescadería situada en Ibiza.
Es un alimento muy saludable sobre todo para el cerebro, gracias a los ácidos grasos omega-3. Este compuesto ha demostrado en estudios recientes que ayuda retrasar el progreso de la enfermedad de Alzeimer además de balancear el ratio de omega-6 y omega-3, produciendo desinflamación en el organismo y ayudando prácticamente ante cualquier patología.
También son una gran fuente de vitamina D, vitamina B12 y calcio.
Hay miles de maneras de preparar las sardinas, pero en este ocasión te brindamos una receta muy sencilla que está genial como primer plato o entrante.
Ingredientes
- Medio kilo de sardinas limpias
- 125ml de agua
- 125ml de vinagre de vino tinto
- 4 dientes de ajo picados
- 2 cucharaditas de orégano seco
- 2 hojas de laurel medianas
- Sal
- Pimienta negra recién molida
- Un poco de harina para espolvorear
- Aceite de oliva virgen extra
- 2 huevos medianos, ligeramente batidos con 2 cucharaditas de agua
- 1 limón mediano, la ralladura cortada en juliana, luego cortada en gajos
Pasos
- Filetear las sardinas cortándoles las cabezas y destripándolas o pídenos que te las limpiemos directamente.
- Limpiar las sardinas con agua corriente fría, enjuagar y secar con toallas de papel. En un recipiente poco profundo lo suficientemente grande para contener las sardinas (una fuente de cristal, por ejemplo), combinar el agua, el vinagre, el ajo, el orégano, las hojas de laurel, la sal y la pimienta. Colocar las sardinas con la piel hacia arriba en esta mezcla y déjelas marinar durante un par de horas, refrigeradas.
- Escurrir bien las sardinas sobre papel toalla y volver a doblarlas para espolvorearlas con harina.
- Calientar una buena cantidad de aceite a fuego alto. Cubrir las sardinas con el huevo batido y colocar directamente en el aceite caliente. Sazonar ligeramente con sal y pimienta. Freír hasta que estén doradas, escurrir y reservar en una fuente. Después sofreír la ralladura de limón en juliana en la sartén, verter sobre las sardinas y servir caliente con el resto del limón en rodajas.